3. Los romanos en Asturias.
Nuestros
antepasados los cilúrnigos.
Los cilúrnigos
fueron los primeros habitantes de Gigia, nuestra
ciudad. Este gentilicio significa en
lengua celta “caldereros”, ya que esta población se dedicaba principalmente a
la fundición de metales como el bronce. Pero lo realmente interesante, es que
entre Inglaterra y Escocia existe el yacimiento conocido como Cilurnum (Ciudad de los cilúrnigos), que
data de la época en que los romanos obligaron a estos cilúrnigos a servir en el
ejército romano y defender la muralla de Adriano, uno de los límites del
Imperio. Así que es posible que algunos antepasados de buena parte de los
gijoneses actuales se encuentren en tierras británicas.
El
ara a Augusto del Cerro Santa Catalina.
El
Culto Imperial, o la veneración a los emperadores como divus, dioses, tras su muerte es una de las características de la
religión romana. Podemos pensar que se trata de una actividad religiosa que
sólo caló en Italia, allí donde el emperador tenía su residencia. Sin embargo,
la mayoría de los territorios y de las poblaciones que acabó abarcando el gran
Imperio romano, veneraban como los que más al emperador. Y de este hecho
tenemos constancia en nuestro Gijón.
Fue
el gran Jovellanos a finales del siglo XVIII, el que sacó a la luz los
cimientos de dos edificios antiquísimos en el Cerro de Santa Catalina. Uno de
ellos, parece que fue el lugar donde se colocó en época romana, en el año 9
a.C., un ara, una piedra, con una
inscripción que veneraba al emperador Augusto. Este ara había sido encontrada
en el año 1585 en el altar de la capilla de San Juan en la Campa Torres y fue
pasando de mano en mano, hasta caer en el año 1960 bajo propiedad de Joaquín
Manzanares, un ciudadano de Luanco que tras tenerla muchos años en su casa, la
donó al Museo Arqueológico de Oviedo, donde se encuentra hoy en día.
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